Han tenido que pasar dos tormentas
y un domingo de
resurrección
para arrancarle los clavos a mi cruz
Creí olvidarme las penas capitales
pero recordé a tiempo
lo importante
cuando dibujaste tímidamente dos sonrisas en este cuaderno
Ya sabes que soy más de cara que de cruz
y que mis monedas siempre caen del lado equivocado
(ese del que hablaba Calamaro)
Mi último crimen perfecto fue rezar mirando a tu cielo,
el mejor será quemarme en tu infierno
y jugar a matar demonios
Pero ya me estoy cansando de tanta metáfora bíblica
no hay escritura ni verso que se acerque a tus lecciones de aviación:
tu sonrisa parapente no necesita dogmas ni caídas
planea
y a mí me basta
Solo te pido que me guardes un sorbito para beber de ella
cuando vuelva a ensuciarme de asfalto
En la primera tormenta casi me lo creo
en la segunda ya no pude esperar al trueno
y elijo cruz
elijo tu cruz cada domingo
Amen