sábado, 14 de febrero de 2015

Yo prefiero la revolución

“Prefiero Natalia a la revolución” Batania Neorrabioso

Recuerdo que conocí al amor de mi vida un 14 de febrero de hace dos años exactamente. Se llamaba Natalia, tenía quizás de 19, medía quizás metro sesenta. Qué importa. Su rostro era bonito y me moría por hablar con ella en ese infernal curso de Derecho Tributario. Por alguna extraña razón me la imaginaba gritando en las calles hasta perder el conocimiento. Menuda gilipollez…Y solo porque en su carpeta llevaba al Che y a Robe Iniesta. Qué iba a saber yo que todavía era un pobre idiota que aún creía en las apariencias.

Natalia llegaba cada día a clase disfrazada de sonrisa y se sentaba justo dos asientos por delante de mí. Yo intentaba no ponerme (más) cerca, esperando que se acercase ante la evidencia de eso que ambos ya sabíamos, esa inevitable confusión de los amores contrariados. Aquel martes, o miércoles, no sé, puede ser que fuera jueves, conocí a Natalia y solo porque era 14 de febrero la confundí con el amor de mi vida.

 Ella estaba sola. Le importuné con las preguntas más obvias que pasaron por mi cabeza y algún chiste fácil que provocase una sonrisa que por otro lado ya le venía de serie. Era tan fácil hacerla reír que en solo cinco minutos creí que el corazón se me iba a salir por la boca.  A mis amigos les hablé de ella durante semanas, les agobié y les hice familiarizarse con la que sin duda sería mi nueva compañía para hacer cócteles molotov en el sofá.

Pero justo un mes después, tras un perfecto idilio basado en las ilusiones transitorias pasó algo terrible: alguien escribió el poema a Natalia que yo debía haberle escrito. Me sentí tan inútil que maldije a todos los poetas, a Natalia y a mí mismo. El muy capullo decía: Prefiero Natalia a Revolución. Joder, qué cabrón… ¿Quién iba a querer la revolución?, ¿Quién podía no elegirla a ella? .Qué idiota. Qué rabia. Qué envidia.

 No sabría explicároslo con palabras lógicas y biensonantes, pero lo cierto es que Natalia dejó de interesarme en cuanto descubrí que otros podrían hacer con ella mejores versos así que decidí centrarme en las revoluciones puesto que era lo único que no podía hacerse ya peor. Yo celebré con orgullo mi defecto que resultó ser la virtud de la lucha proletaria y  le escribí al poeta la peor de las réplicas posibles:

Lo siento Batania
antes que a Natalia
prefiero la Revolución.

Por suerte no sigo en busca de Natalias  pero sí pasado de revoluciones. Me digo: “Que el corazón bombee lo que la calle escucha y que Natalia sea solo una excusa para escribir con acierto al 14 de febrero.”  



domingo, 18 de enero de 2015

*

Recuerdo aquel día lluvioso en que perdiste el autobús, se parece a hoy. Será el primero otra vez en llegar tarde, se parece a mí. Será como la poesía cuando me coge tímida de la mano, se parece a ti. Será esta tarde de domingo que se parece un poco al miedo cuando estás lejos. Será el mañana haciendo planes que por suerte cuentan con nosotros. Será que hoy nos cubre un manto de esperanza y el invierno se derrite llorando. Te recuerdo mirando a algún lugar desconocido como aquella vez, estaré buscándote allí. Si no acierto ten paciencia, seré de nuevo el primero en llegar tarde.




lunes, 22 de diciembre de 2014

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Aferrarme a su sonrisa como un clavo ardiendo. Hundirme en ella. Desangrarme en ella. Atravesarme el costado con ella. Reventarme el alma. Romperme en pedazos. Eso quiero.  Quiero que suene a algodón y retumbe en cada hueco de su cuerpo. Que rime de casualidad su nombre con el mío. Y despierte una mañana durmiendo bajo sus puentes. Acomodarme a su mirada. Quiero. Morderle las dudas. Quiero. Y proteger con uñas y dientes este continuo arcoíris donde ella es el ángel y yo solo un pobre diablo que se le parece. 

lunes, 15 de diciembre de 2014

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Hay veces que hay que dejar que salga todo de dentro, como un río desbordándose,  como un mar interminable. Vaciarte de ese peso que no te deja avanzar, susurrar al viento y dejarte mecer por sus labios de algodón. Es un mundo veloz y loco, pero yo escupo al calendario y se me caen los días de las manos. Ojalá lloviera de verdad y explotásemos todos en la misma dirección. No le hacen falta etiquetas a la muerte pero asusta menos abrigarse entre unas letras punzantes.  No quieras robarle segundos al reloj, estamos ocultos en las sombras. No quieras disfrazarte, desnúdate. Aprende a dejarte caer, levantarse es una vasta experiencia. Solo se ven las estrellas desde el suelo adecuado. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Llueve invierno

Como los albores de un golpe perpetuo
todos  los charcos llueven hacia adentro,
la tierra huye
y tú te quedas.

La terquedad de una suave melodía,
el fulgor de un beso apasionado,
descalzar los mañanas
y enterrar los pasados remotos.

Pero no hay excusas que abriguen al invierno,
la realidad solo existe si otros la llaman
y guarda sus manías
en la parte oscura del armario.

A mí me quedan los planes sin agenda,
el sabor a arcoíris de tu lluvia,
y un hogar oculto entre tus brazos:
Si me abrazas tú, me abraza la vida.







viernes, 21 de noviembre de 2014

Bocadillo de agujas

Por si pregunta el corazón, ya senté la cabeza
por suerte me estoy muriendo pero en bajito,
tu chaqueta junto a la mía, comparte soledades
y estrecha suspiros tramposos de desidia

Hace tiempo que no me agarro a tus manos
ni me lleno de vida y muerte a cada paso,
solo somos reflejos en un reloj de pared
y unas uñas mordidas que saben a indiferencia

Tenemos extrañas manías de invierno
y nos cubrimos con un manto de tristeza,
como si así fuese a ser más fácil hundirnos
o hacer crecer la hierba a los caminos

Te recuerdo como una flor de plástico,
una flor a la que cuidaba día a día,
marchitando mis urgentes primaveras
y engañando al tiempo y al espacio

Ahora respiro tranquilo
y me trago el humo de tu ausencia
-Sales preciosa allí-
 sigues siendo un bocadillo de agujas

domingo, 19 de octubre de 2014

POETS DON'T SLEEP

Me acuesto con ella, me levanto sin mí.

Tacho. Escribo. Tacho.

Una estrella con vocación de actriz. Una calavera mirando hacia dentro. Una carretera preguntando por Laura.

Esos son los poemas que rompo. C A R I C A T U R A S.
Esos son los poemas que rompo, los que podrían encontrarme debajo de la almohada.

Ella anoche me llamó poeta por costumbre, yo la llamo Ginebra por necesidad.

Los poetas no duermen, ya tuvieron bastante.