lunes, 15 de diciembre de 2014

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Hay veces que hay que dejar que salga todo de dentro, como un río desbordándose,  como un mar interminable. Vaciarte de ese peso que no te deja avanzar, susurrar al viento y dejarte mecer por sus labios de algodón. Es un mundo veloz y loco, pero yo escupo al calendario y se me caen los días de las manos. Ojalá lloviera de verdad y explotásemos todos en la misma dirección. No le hacen falta etiquetas a la muerte pero asusta menos abrigarse entre unas letras punzantes.  No quieras robarle segundos al reloj, estamos ocultos en las sombras. No quieras disfrazarte, desnúdate. Aprende a dejarte caer, levantarse es una vasta experiencia. Solo se ven las estrellas desde el suelo adecuado. 

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