Hay veces que hay que dejar que salga todo de dentro, como
un río desbordándose, como un mar
interminable. Vaciarte de ese peso que no te deja avanzar, susurrar al viento y
dejarte mecer por sus labios de algodón. Es un mundo veloz y loco, pero yo
escupo al calendario y se me caen los días de las manos. Ojalá lloviera de
verdad y explotásemos todos en la misma dirección. No le hacen falta etiquetas
a la muerte pero asusta menos abrigarse entre unas letras punzantes. No quieras robarle segundos al reloj, estamos
ocultos en las sombras. No quieras disfrazarte, desnúdate. Aprende a dejarte
caer, levantarse es una vasta experiencia. Solo se ven las estrellas desde el
suelo adecuado.
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