Me muero de ganas por morir de calor
Por vivir sin frío, sin inviernos de espera
En salas de desEspera, en colas del desamParo
Antenas sin tres, en teles sin cinco que las vean.
Me muero por no contar los céntimos de la cartera
Por no pedirle la vuelta a los sueños de los pobres
Por no darle la ida a los billetes de los ricos
A los donaires que no respiran más que desidia
Me muero por no echarte de menos cada momento
Ni venderme tu piel, como de oso, antes de cazarte
Ni inventarme por verte un motivo tan irrelevante
Que vuelva a dejar a la miel sin tus labios
Me muero por dejar de matar el tiempo ese cobarde
ese que se escapa cuando justo empezamos a quererlo
Ese que nos mata cuando creímos que éramos nosotros
los que vivíamos matándolo a él, Ese bastardo inalcanzable
Ese bastardo inalcanzable que siempre vemos delante
Y nunca va para atrás. No nos da tregua, ni pausa.
Tiempo, que se escapa entre mis dedos como la arena
La arena de una playa de la que nunca saldremos vivos.